Eran otros tiempos aquellos,internet era una cosa rara,de la que solo hablaban cuatro,los teléfonos móviles,algo que solo los ricos tenían,los ricos y fuertotes,porque eran enormes.Si hasta existía la Unión Soviética!!.
Fue por aquella edad antigua,en la que aprendimos la dominación,y no leyendo novelas,ni viendo pelis x. Aprendimos a la antigua,con un maestro.
Ya hemos contado,como fue una sumisa,la que nos abrió el gusanillo del BDSM,ella supo ver el Amo dentro de la persona,ella abrió aquella puerta y lo hizo salir.
Pero,salir al mundo por si mismo,conlleva un aprendizaje lento y difícil,y muchas veces erróneo o incompleto,( o ambas cosas),pero tuvimos la inmensa fortuna de que una persona se cruzara en nuestra vida,y mas aun,de caerle bien.
Y eso era lo mas importante cuando de El Holandés se trataba,si la primera vez le caias mal,no importaban tus habilidades,ni tu origen,ni tu fortuna ni nada,nunca mas volvía a dirigirte la palabra,y mucho menos te dejaba entrar en su vida.
Pero,por aquellas cosas de la vida,le caímos bien,y mas aun,tras una tarde disfrutando de un par de garimbas,decidió enseñarnos,ser nuestro maestro,en el BDSM.
Por el,aprendimos que hay algo mas que cadenas y látigos,hay toda una filosofía,una espiritualidad,un sentir el placer de la otra persona,antes que el propio.Aprendimos,que los movimientos,lejos de ser casuales,han de tener una medida y un fin,que los sonidos,han de conformar una melodía,y que cada caricia,ha de sacar una nota para componerla.
Por el supimos,que el respeto a la persona,que la palabra dada,son una ley inquebrantable.
El nos enseño,que no es mas fuerte y poderoso el mas salvaje e inhumano,sino al que sabe ganarse el respeto,que un latigazo ha de sentirse como una caricia,que unas pinzas han de ser un beso,la humillación oral un susurrante roce...
Pero en estos tristes tiempos postinternet,cuando todo ha de hacerse ayer,cuando todos nacen sabiendo,cuando nadie se molesta en aprender por que ya lo sabemos todo y preguntar es de ignorantes;Esa visión del BDSM ha desaparecido casi por completo,sustituida en casi todos los casos por mero sexo violento,por gritos e insultos baratos.
Los contratos se ven como una perdida de tiempo inútil,las ceremonias como una ridiculez teatral,los sentimientos como una carga.Las sesiones dirigidas rígidamente,como si fuesen películas,y finalizadas en la hora exacta,como si la improvisación,la imaginación,no tuviesen cabida ni lugar en la vida.
Antes,cuando conocías a una sumisa,la saludabas como a una vieja amiga,,hoy,casi siempre,el saludo es un insulto.Y tiempo después,ya como tu sumisa,cuando se salia a dar una vuelta y tomar algo o en la intimidad del hogar,se la trataba con corrección,hoy muchos,con chulería y prepotencia.
Seguramente,junto con algunos pocos mas,seamos antiguos,y acabaremos desvaneciendonos en las sombras de otros tiempos,de otras maneras de ver y entender el mundo BDSM,pero lo haremos siendo "La Vieja Guardia",respetando y manteniendo lo aprendido y sin olvidar que un grito no es poder,ni el miedo control.
Tarha.
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